lunes, 29 de marzo de 2010


¿CALENTAMIENTO O ENFRIAMIENTO
GLOBAL?


Los seres humanos nos valemos, de lo que prestigiosos especializados en el tema de medio ambiente hablan, e incluso peor, de políticos que a través de sofismas nos introducen lo que para ellos, son la causa y consecuencias del deterioro de nuestro planeta.
Cada país, en sus políticas siempre ha sido necesario elaborar estrategias para su condición ambiental, sin prever que esa condición es el resultado de los demás factores que involucran el equilibrio social del país. La educación, la salud, la cultura son agentes que controlan el bienestar del entorno, del planeta tierra, y depende de su calidad para que esto se lleve a cabo.
Cuando el tema del calentamiento global entró entre las preocupaciones de las mas importantes organizaciones, su expresión fue alarmante y desproporcionada, para la condición mental y social en la que muchos de los individuos se encontraban y que todavía se encuentran, peor aún, si querían masificar la información, a un gran porcentaje no le llego o simplemente, debido a sus extra limitantes condiciones de vida, decidieron no preocuparse por un espectro en los medios de comunicación.
¿Es entonces real, el calentamiento global?, ¿debemos preocuparnos por hacer algo?, ¿somos conscientes de ello?, ¿es nuestra culpa? Si, es real, pero no conocemos con seguridad, porque así se le denomina. Por supuesto que debemos preocuparnos. No somos conscientes aún, pero guardamos la esperanza. Y no es nuestra culpa, hablo de las personas que se informaron, pero que lastimosamente fueron juego de intereses de por medio, de los que anteriormente mencionaba. Un ejemplo de esto, es Al Gore ex vicepresidente de los EE.UU, quien sumido en sus intereses y aprovechado del auge del tema de responsabilidad social, calentamiento global, primero hace un libro y luego la película de “La verdad incomoda”. Los cines de todo el mundo la están pasando. La verdad incómoda es una denuncia sobre cómo el hombre está modificando el clima y las catástrofes que se avecinan. El especialista de Dinamarca Bjorn Lomborg, conocido como el ecologista escéptico, hizo en Project Syndícate una feroz crítica al film y a lo que Al Gore oculta.
Esta producción, que este señor surgido de lo inmediato decide hacer, está llena de emociones e imágenes provocadoras, escasean en ella los argumentos racionales.
Plantea tres ideas básicas: el calentamiento global es real, será catastrófico y enfrentarlo debería ser nuestra gran prioridad. Sin embargo, y aunque sea poco conveniente para sus productores, sólo la primera afirmación es verdadera.
En el film, muestra que los glaciares han estado retrocediendo a lo largo de 50 años pero no dice que lo han estado haciendo desde las guerras napoleónicas, a principios del siglo XIX, mucho antes de que comenzaran las emisiones industriales de C02. Muestra imágenes del 2% del continente helado que se está recalentando notablemente, al tiempo que pasa por alto el 98% que se ha ido enfriando. La película muestra el crecimiento del nivel del mar, de unas formas muy dramáticas, cuando en las Naciones Unidas sobre cambio climático sugiere un crecimiento de sólo 0,3 a 0,6 metros durante este siglo, en comparación con casi 0,3 metros en el siglo pasado.
Se habla de calentamiento global, cuando lo que más está perjudicando ala tierra son las bajas temperaturas, cuyo número en la mayor parte del mundo desarrollado supera con mucho las causadas por el calor. Y entonces caemos en otra cuestión ¿Por qué llamarlo calentamiento global? Sólo en el Reino Unido se estima que el aumento en las temperaturas causará 2.000 muertes adicionales para el 2050, pero 20.000 menos muertes por enfriamiento.
Las pérdidas financieras relacionadas con acontecimientos climáticos han aumentado notablemente en los últimos años, lo que Gore atribuye al calentamiento global. Sin embargo, prácticamente todas ellas son de personas que hoy tienen más posesiones y que ven cerca de la zona de peligro.
Se menciona en la película que este fenómeno hace más fuertes los huracanes; de hecho no existe consenso científico de que el calentamiento global haga más destructivos a los huracanes, como plantea. El autor en que el mismo Gore se basa dice que sería “absurdo atribuir el desastre del Katrina al calentamiento global".
Y como solución Gore revela, que el mundo debería adoptar el Protocolo de Kyoto, que busca reducir las emisiones de carbono en los países desarrollados en un 30% para el año 2010. Protocolo que los EE.UU, aún no firma por las perdidas billonarias que tendría. Pero incluso si cada país firmara el Protocolo, simplemente retrasaría el calentamiento en seis años para el año 2100, con un costo anual de 150 mil millones de dólares. Al Gore no pretende en este caso vender el protocolo, sino la idea de su preocupación por el mundo, si bien suena irónico que cuando vicepresidente el interés por el tema no le resultaba beneficioso y ahora que no tiene tan prestigioso cargo, debe mantener aura y notoriedad, y que mejor, que este tema que tiene a las comunidades alarmadas y susceptibles.
De hecho, el verdadero problema es cómo usar los recursos de manera inteligente. El Protocolo de Kyoto no evitaría que los países en desarrollo sean los más golpeados, por el cambio climático, por la sencilla razón de que tienen climas más cálidos y menos recursos. Se podría empezar por las políticas de cada país, que sea más importante invertir a la prevención, que al desastre que es doblemente costoso; dar agua potable, saneamiento, atención de salud básica y educación a cada ser humano que vive en la Tierra. Esto debería ser una prioridad mayor.
Los últimos huracanes mataron a miles de personas en Haití, no en Florida, porque Haití es pobre y no puede permitirse siquiera medidas de prevención básicas. Combatir la enfermedad, el hambre y la contaminación del agua traería beneficios inmediatos a millones de personas y permitiría a los países más pobres aumentar su productividad y romper el ciclo de la pobreza, lo que haría que sus habitantes fueran menos vulnerables a las fluctuaciones climáticas.
En su película, Gore argumenta que las generaciones futuras nos juzgarán por no habernos comprometido con el Protocolo de Kyoto. Lo más probable es que se pregunten por qué en un mundo lleno de “verdades inconvenientes", Gore prefirió centrarse en aquella sobre la que puede lograr la mayor cantidad de beneficios a un costo menor.

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